miércoles, 29 de junio de 2011

Rumbo al desempleo 1: El presente de los presentes

Hoy comienza una serie de entradas, y creo que el título es más que sugestivo. Creo que lo único que queda por determinar es si gano una indemnización, una úlcera, la posibilidad de bañar a más de uno de arriba a abajo como debería haber hecho hace mucho... o todas estas posibilidades juntas. Pero la situación no dá para más. De momento aprovecho a hacer estas últimas reflexiones respecto a mi empleo actual... y después el diluvio! Creo que me preocupa no tener material para continuar el blog después, pero mientras aprovecho.

La entrega de hoy: Regalos



A mí me encanta el tema de los regalos. Tanto recibirlos como hacerlos. De hecho creo que más vieja me vuelvo, más me inclino por el placer de hacer regalos antes que el de recibirlos.

Desde hace un tiempo a esta parte llegué al punto de implementar una planilla donde vuelco ideas de regalos para las distintas personas importantes que hay en mi vida, así llegada la ocasión tengo mayores chances de sorprenderla con algo de su agrado. Así le regalé un hornito eléctrico para aromaterapia a una amiga medio esotérica que al trabajar con niños se le complicaba el tradicional con velas por el tema seguridad; a mi jefa 2 tengo anotado desde hace un tiempo que le gustan las plantas con flores azules, así que tengo medio resuleto el tema del día del amigo (lo único difícil será conseguir plantas con flores azules, que no son tan comunes, pero la idea está). También fueron muy bien recibidos un cooler para la notebook de mi hermana que levanta temperaturas dignas del planeta Mercurio, un portarretratos digital con una selección de fotos de MC para Facundo (idea que puede repetirse con abuelos) una balanza de cocina profesional para mi madre, y sin ir más lejos, hoy acabo de anotar en la listita el sacacorchos automático a pilas que me llegó por Groupon que calculo hará las delicias de mi padre.


Nunca entendí demasiado eso de regalar un Gift Certificate. Sí, ya lo sé, es muy práctico, ya que dicen que más del 50% de los regalos se terminan cambiando, pero en qué pensó la otra persona al hacerte ese tipo de regalo?

Los regalos dicen mucho, en un cumpleaños recibí dos sweaters uno me iba bien y el otro era exactamente el doble de ancho! Cuando lo fui a cambiar la vendedora me miró y volvió a mirar el sweater y dictaminó "el que te regaló esto debe odiarte"

De la misma manera mis tías han sabido hacerme regalos de mucho, muchísimo dinero... pero en dinero. Que terminaba convertido en cualquier cosa menos en un regalo (sí ya sé, culpa mía, la intención era buena). En definitiva, si con ese dinero me hubieran comprado un regalo seguramente serían regalos que recordaría hasta el día de dejar este mundo, en cambio el dinero se fue diluyendo la mayoría de las veces. Igual reconozco que en epocas de poca expericencia y bolsillos flacos, tener unos billetes en la billetera era un excelente obsequio.

Ahora bien, pasemos de la parte afectiva al ámbito laboral. Quien haya leído al menos una entrada de este blog puede rápidamente llegar a la conclusión que los afectos y el trabajo en éste caso están más bien divorciados.

En mi trabajo, proximamente supongo que ex-trabajo, pasamos de no regalar ni un saludo de feliz cumpleaños a hacer regalos extravagantes... y por cualquier motivo.
Cuando yo me casé y cuando nació MC, de más está decir que atravesábamos la época de no regalar ni los papeles que ibas a tirar a la basura. Pero como para mí los regalos van ligados a los afectos poco me importaba.
Con el tiempo, empezaron con la cultura "regalera": primero para los cumpleaños. Se propuso que juntemos dinero para todos los cumpleaños (sí, como no podía ser de otra manera, mi cumpleaños fue en junio, y esto se propuso en julio). Por lo único que protesté era porque me parecía que no podíamos ir 20 a cenar a la casa de la cumpleañera que se había gastado un aguinaldo en comida y bebida con un regalito, el mismo que se le hacía a otra a la que encima había que hacerle el brindis en la oficina, pero bueno, fui tratada de materialista. Sí justo yo. Esta costumbre pronto cayó en el olvido (sí, adivinaron, antes que yo volviera a cumplir años)

Después empezaron con los nacimientos. Comprar regalos para recientes madres por las que no siento ninguna simpatía (sino más bien todo lo contrario) no me hacía mucha gracia. Lo peor es que estás en la encrucijada de no poner dinero y quedar como que lo único que te importa es esa pequeña suma; y aportar haciendo que no pasa nada... cuando mi intención es la contraria!

Después vinieron los casamientos. A los casamientos nunca se invita a todo el sector, pero para el regalo tenemos que aportar todos. No dije nada respecto a invitaciones porque iba a quedar materialista como en el tema cumpleaños (y cuando yo soy la invitada a uno de esos casamientos, es por una relación de amistad con la persona en cuestión y le hago otro regalo aparte). De más está decir que una vez, a la gerente se le había puesto en la cabeza que a una que se casaba había que regalarle unas ollas Essen. Como no conseguía quien las vendiera, y no pudo comisionar a alguien para el encargo... le terminó dando el dinero en un sobre!

Ahora vino la nueva moda: Los regalos de "convivencia". Ya no me importa que me tilden de materialista a esta altura pero en general, la lógica en las relaciones sociales eran: los novios deciden casarse y gastan en una fiesta, vas con un regalo; se van a vivir juntos sin participar a nadie, destinan ese dinero a equipar su casa...
En fin, la mía será una lógica materialista, pero la del resto no es por bondad sino que la que no recibió un regalo de "convivencia" está por irse a vivir con su novio y espera recibirlo.

En el transcurso de éstos últimos tres meses sumamos un casamiento, tres nacimientos, dos convivencias, y ahora acabo de recibir un mail para recolectar para otras dos convivencias.


De repente me sentí como Carrie Bradshaw la protagonista de Sex and the City en el genial capítulo "A Woman's right to shoes" donde expone su indignación de por qué si uno no se casa ni tiene hijos nadie te celebra nada en la vida (porque cumplir años, cumplimos todos). En lo que a mi trabajo se refiere soy soltera y sin hijos, a menos que me divorcie y me vuelva a casar o tenga otro hijo... algo que no creo que llegue a hacer en el escaso tiempo de vida que me queda en esa organización

¿Los demás pensaron alguna vez según esa lógica? ¿Qué signifiacado le dan a los regalos?




domingo, 19 de junio de 2011

El padre de esta criatura cumpleañera


Y llegamos a los tres años. Siempre pensé que iba a festejar más si llegábamos al tercer aniversario. Pero entre el día del padre, el finde gris y mi eterno conflicto laboral irresolutible (estos días un poquito más) se complotaron para que sea más fácil dedicarle el tercer aniversario a una sola persona. Viene a ser algo así como el sponsor de este blog.
Porque cuando se me ocurre bloggear en la hora previa de la cena, lo veo llegar y le pregunto "¿y hoy qué te gustaría cenar?" que en nuestro lenguaje viene a ser "dejame tranquila que hoy no tengo ganas de cocinar, no ves que por algo todavía no preparé nada"... entonces este buen hombre deja sus cosas, se saca la pilcha para que no se le ensucie, se lava escrupulosamente las manos, se dirige a la heladera... y busca el imán en cuestión para llamar al delivery. Y todo él solito.
Otras veces mientras yo le dedico tiempo a este hijito virtual, él se tiene que dedicar a nuestra hija real. Y la pone a mirar partidos de rugby para que aprenda las reglas "pero así no se pega a otros chicos eh?". Menos mal que las nenas no juegan al rugby.
Este santo varón también se ve privado en algunas ocasiones de ir a dormir con su esposa... y se ofende tanto pero tanto, que se lleva su notebook a la cama. Y bueno, antes que a otra mujer....
Todo esto por no mencionar la cantidad de post que ha inspirado este señor, queriendo o no (por como lo dejo parado a veces, más bien pareciera que no)

Como se ve, detrás de un pequeño blog, siempre hay un gran hombre.

No me resta más que felicitar entonces a todos los que han hecho posible estos tres años de blog, considérense todos saludados, a pesar que en esta ocasión no pude hacerlo personalizado.

Y feliz día a todos los padres, porque está a la vista lo triste y aburrida que sería la vida sin ellos (por no mencionar cuánto los necesitamos realmente).


lunes, 6 de junio de 2011

De ayer, hoy y siempre

(Como no podía ser de otra manera, hago uso y abuso de uno de mis preferidos)


En la edición de ayer de La Nación, en primera página salió la siguiente nota:



Muy bien, cual fiel lectora de Rayuela o de la serie Elige tu propia aventura, vamos a la página 25:
Si les interesa el artículo y aún no lo han leído es mejor que lo hagan on line, yo lo que quería era señalar la secuencia de las páginas en la edición impresa, y cuál fue mi impresión esta vez que, cosa extraña, lo estaba leyendo más o menos de adelante para atrás y no al revés como suelo hacer.
Muy bien, terminamos de leer la nota, los nuevos argumentos, héroes, villanos y demases y doy vuelta la página para encontrarme con la publicidad a doble página del anticipo de los espectáculos de vacaciones de invierno ofrecidos por Club la Nación:

Veamos, página 26
y sí, seguimos en el domingo 5 de junio de 2011

Veamos: Mickey Mouse y Minnie, Blancanieves, Cenicienta, Alicia en el País de las Maravillas, El sombrerero... no fueron creados exactamente en este siglo.
Sigamos... Flavia y su ola verde? Por un momento creí que había agarrado un diario de 1987
Pero si vamos a hablar de siglos, qué mejor que Robin Hood. Le gana por varios siglos a todos los anteriores.

Vamos a la parte inferior de la página:

¿La novicia rebelde... no fue inspiración de muchas niñas (y niños supongo) hace como... 45 años? ¿O se nos volvió a rebelar contra una causa más modernosa ahora?
¿El Ratón Perez habrá encontrado un nuevo empleo, o seguirá siendo el encargado de buscar los dientes de leche a cambio de regalos en lo profundo de la noche como hace desde tiempos inmemoriales?
Y lo más sospechoso de todo... en ése cartel Tom y Jerry parecen haber hecho las pases. ¿O será sólo para la foto?

Por último vamos a la página 27 con las novedades en cine:


Se estrena linterna verde... será que le pusieron una lamparita de bajo consumo que le cambió los poderes o algo? Porque por lo demás parecería la misma historia que se leían en la infancia de nuestros padres.
Aliens. ¡Pero qué gran idea! Los aliens siempre son tipo mutantes no? Bueno al menos ellos deberían presentar una novedad respecto de sus antecesores seguramente. Bueno no, no estoy tan segura.
Pero calculo que para los que compartimos generación, la vista se habrá desviado inmediatamente hacia abajo a la izquierda. Sí, sí señores y señoras los Pitufos están de regreso. Y en 3D, lo que les otorga algo más de humanidad. Supongo que el problema es que entonces ahora para Gargamel y Azrael no resultarán tan apetitosos. ¿Un poco difícil no?

Cuando termino de leer estas páginas me pregunto si realmente lo habrán puesto la nota y la publicidad tan juntas, y la verdad me suena a que sí.
Puede ser que aún no hayan tenido tiempo de llevar a la pantalla o a las tablas a estas nuevas creaciones de la literatura, pero después de todo, aunque no reluzca mucho de nuevo bajo el sol, los clásicos nunca dejan de tener su encanto.



jueves, 2 de junio de 2011

A medio sendero

Una entrada a la altura de mis ganas de festejar...
No pidamos demasiado.



Una vez cuando era chiquita vi en una revista un reportaje por entregas de alguna conocida (desconocida por mí) a modo de autobiografía al que había titulado algo así como "En la mitad de mi vida". La mujer en cuestión tenía en ése entonces treinta y pico de años.
Con la inocencia que caracteriza a esa edad, rápidamente saqué el cálculo que esa señora pensaba vivir unos setenta años y me pareció lógico que diga que estaba en la mitad de su vida.
Considerando que hoy cumplo exactamente 35 años, creo que este nuevo número me termina de dar la autoridad suficiente para decir que tanto a la señora del reportaje como a mí misma a esa tierna edad nos faltaba un tornillo para pensar o creer tamaña idea.
Y sí, no me identifico mucho con el trato de señora a pesar de serlo hace más de seis años; pero aquella otra se merece el título por considerarse en la mitad de su vida a tan temprana edad.
Ya sé que ahora termino de decir esto, salgo a la calle y me puede pasar por arriba un 151, con lo cual haría rato largo que pasé la mitad de mi vida; pero de ahí a considerarse así hay un largo trecho (ya que estamos en el rubro carreteras)
Así que en vez de a mitad de camino, digo que estoy a mitad de este sendero que son los 30.
Ya no soy de treinta y pocos, como me consolaba hasta ahora. Y cada vez estamos más cerca de los 40.
Y ni hablemos lo que escuchamos respecto del reloj biológico a partir de esta edad porque ahí, directamente cancelo festejo de sábado y festejo de domingo. Cómo puede ser que el hombre pueda ir al espacio exterior, hasta la luna; te puedan poner el órgano de otra persona, hacerte vivir hasta más allá de los 100, pararte el corazón y hacer que vuelva a latir; pero todavía no pueden hacer que los óvulos sigan siendo jóvenes por más tiempo?

Igual no me quejo, porque cuando cumpla los 40 creo que voy a estar peor, así que al menos disfruto los treinta y cinco, donde todavía no es demasiado tarde...
Eso y que me puse a hacer un paralelismo y pensemos que si me comparo con el siglo en el que nací digamos:
Década del 00: El siglo en pañales - ídem
Década del 10: Gran Guerra - no digo que ídem... pero convengamos que la adolescencia califica de guerra
Década del 20: Años locos - Idéntico
Década del 30: Gran depresión - De nuevo saquémosle el gran, pero a juzgar por esta entrada, por ahí andamos

Así que si a los cuarenta me espera otra gran guerra, mejor disfrutar los treinta mientras pueda. Pero espero que no sea cierto, porque además de la guerra de los 40, puedo tener mi baby boom en los 50, convertirme en hippie a los 60 y mejor no sigo pensando.
En definitiva, paré de pensar en el futuro antes que la señora del reportaje de mi infancia. No tengo remedio.