jueves, 29 de diciembre de 2011

Sin rumbo

Si yo fuera una persona...  digamos normal, hoy probablemente publicaría una entrada parecida a esta:



Gané, gané ganeeeeeeeeeeeeee!!!!!!!!!!!
Me aprobaron el proyecto!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Vivaaaaaaaaaaaa!
Siiiiiiiiiiiiiii!

Etc, etc, etc (se darán cuenta que no sé escribir entradas así)


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Bueno, pero como no soy normal, si es que existiera alguien normal, claro (cosa que yo no creo en verdad) la  entrada tiene otro tono más bien.

Sí, lo de mas arriba es verdad: me aprobaron el proyecto.

¿Estoy feliz? Por la plata sí, por supuesto.  Por el logro también.  Incluso por no verme de patitas en la calle, porque si bien podría estar sin trabajar, con la situación del país como está no podría relajarme y disfrutarlo.  Más aún debería sentirme feliz porque mi jefa al cuadrado no consiguió su objetivo de echarme.

¿Por que no estoy enteramente feliz entonces?  Porque deberé volver a ver a mi jefa, jefa al cuadrado y todo su séquito todos los días nuevamente (hacía seis meses que no pisaba el sector).  Porque en dos o tres años puedo verme lo mismo de patitas en la calle.  Porque se me reducen las vacaciones a dos semanas.   Porque no es el trabajo de mis sueños tampoco.  Porque calculo no voy a tener tiempo ni de pestañear.  Porque deberé volver a ver a mi jefa, jefa al cuadrado y todo su séquito a diario nuevamente (sí ya sé que lo puse primero.  Pero con una sola vez no alcanzaba).

Tampoco es que estoy triste, sólo actué un poquito para jefa al cuadrado...  que terminó cuestionando mi salud mental por no estar feliz.  En cualquier caso, si mi salud mental se fue a pasear se podría preguntar por culpa de quién fue que hizo abandono de hogar no?

De momento me tomo las cosas con mucha calma, si bien el proyecto está aprobado aún no han comenzado a pagarme, con lo cual sigo en el antiguo régimen por ahora, y tampoco sé hasta cuándo, cuestión que uno pueda organizarse.

Por de pronto ese es mi año nuevo por ahora.  De nuevo promete tener bastante.  Esperemos que de buenas nuevas y no malas.

Si no vuelvo a escribir hasta el año que viene (como si este año hubiera escrito tanto, ja!) sólo decir que creo que se repiten mis deseos del año pasado.  Hice un recuento y creo que se cumplieron a medias:  Faltar no falta nadie importante, y eso es lo mejor.  Salud, se quedó bastante corto (aunque podría ser peor).  Dinero... en fin, ya hablamos casi todo el año de eso no?

Y por supuesto, los mejores deseos para los amigos de la casa

viernes, 23 de diciembre de 2011

¿Fin de año... o fin del mundo?


De chiquita diciembre era un mes que me encantaba.  Por un lado, la vida estaba estructurada en enero y febrero playa, y de marzo a noviembre colegio.  Diciembre era algo así como el nirvana, algo sostenido desde ningún lugar.
Por otro lado, tenía el sabor del deber cumplido, los preparativos para las fiestas, y mucha pileta.

Después uno va creciendo y en la facultad diciembre se va contaminando con los finales.  Y más tarde uno empieza a trabajar y lejos de la sensación del deber cumplido, uno siente que tiene más trabajo que el resto del año todo junto.  Y para colmo, de pileta casi nada, sólo el calor, el tránsito insoportable y tener que estar presentable con más de 30º...  claro que calzarnos la malla tampoco nos hace demasiada gracia a esta altura del partido.


Independientemente que algunas cosas han cambiado, como ver chicos en uniforme escolar a esta altura, lo que me parece ilógico y casi irreal, para mí por lo menos diciembre dejó de ser ese mes idílico para transformarse en una serie de compromisos, que paso a detallar:

1.- Nochebuena:  este año decidimos reducir los regalos a lo mínimo indispensable.  Me cansé del estrés de comprar regalos para todo el mundo para que después te pregunten dónde se cambian y cuándo, que no tienen el ticket de cambio...  y todo para recibir un mate muy coqueto...  con el detalle que no tomo mate.  Unos aros super divinos...  de fantasía...  con el detalle que esos aros me dan alergia.  Y los aros no te los cambian...  un libro de Coelho....  que no me gustan pero siempre termino pensando que mejor lo leo para ver en qué pensaban para regalármelo...  y cuando lo termino, todavía no me doy cuenta (o no quiero darme cuenta)...  un set de velas (con una niña de menos de cinco años en ese entonces) una remera hermosa...  hasta que mi madre detalló la fortuna que había pagado por ella y lo que había caminado para conseguirla (nada es gratis en esta vida, evidentemente).  Así que prefiero auto-regalarme y listo...  al menos lo disfruto más.  Pero bueno, una reunión de más de 30 no es "Noche de Paz" precisamente.  Al menos no en una familia como la nuestra
2.- Navidad: En rigor, hacemos la digestión, tratamos de curarnos la resaca (ojalá) y chapoteamos un poquito si nos dan las fuerzas...  lamentablemente es frecuente que alguno tenga la mala idea de hacernos una visita
3.- Nochevieja:  Como hacemos todo al revés, pasamos más tranquilo año nuevo que nochebuena...  eso de tranquilo es relativo porque en general me toca recibir a mí aunque sea poca gente (en casa poca gente es aprox.10)  El hecho de pensar que se me fue otro año tampoco me ayuda demasiado.
4.- Cumple de mi madre: siempre dice que no lo va a festejar y siempre lo termina festejando igual.  Así que además de organizarlo, hay que organizarlo a las apuradas
5.- Muestra de danza de MC:  bailaron tan lindo que no entiendo por qué no la hacen, mínimo, una vez por mes
6.- Muestra de danza de amiga e hijas de amiga: en fin...  debe ser que no baila mi hija, pero digamos que lo intentaron.
7.- Muestra de reggaeton de otra amiga:  En fin...  uno se pregunta por qué éramos amigas (como diría Susanita)
8.- Muestra del conservatorio del sobrino-nieto-de-una-amiga-de-mi-suegra:  En fin...  creo que debíamos ser los únicos que no teníamos ningún familiar en ninguno de los ensambles (estoy mala, lo sé)
9.- Muestra de canto de otra amiga :  no sabía que había bares exclusivos para eso!  Ni tanta gente que estudiara canto
10.- Muestra de canto de otra amiga más:  En este caso era un coro y estuve casi un tercio de función tratando de ubicarla y otro tercio confundiéndomela con otra mujer.
11.- Muestra de arte del taller de MC:  Al menos uno puede recorrerla a su ritmo  Bien por los peques igual!
12.- Concert en el jardín de ahijadito:  Nunca me arrepentiré lo suficiente de no haberle insistido más a mi comadre de que lo anote en el mismo colegio de MC...  si son casi lo mismo!
13.- Ir a ver actuar a un amigo:  Mea culpa, tenía todo el año para hacerlo.  Al menos fui antes que que dejara de actuar en esa obra.
14.- Cena de fin de año con amgas I:  Lindo
15.- Cena de fin de año con amigas II:  Lindo también
16.- Fiesta de trabajo II con clientes:  Nunca entendí bien eso de juntarse teóricamente por placer cuando apenas lo hacemos por obligación.  Y encima este año en un lugar que lejos es poco.  Al menos hubo buena comida.  Pero había que ir vestido de blanco.  Sin comentarios.
17.- Fiesta de fin de año del trabajo de F.:  Digo yo una cosa, por qué él zafa de lo lindo de las fiestas de mis trabajos (suelen ser sin cónyuges) y yo nunca zafo de las de él?
18.- Almuerzo con el grupo de los 7 en trabajo I: Costó tanto organizarlo que hubiera sido más fácil si veníamos de siete paises diferentes
19-  Llevar a MC a la pediatra:  No entiendo por qué a esta edad todavía insiste con controles semestrales.  Descubrí que está embarazada.  No sé bien por qué pero no me cayó nada bien (si a alguien se le ocurre por qué, que me lo explique)
20.- Ir al Oftalmólogo:  mea culpa, tenía todo el año para hacerlo, pero se impone para no perder el par de lentes gratis
21.- Ir a la dermatóloga: ídem, podría haberlo hecho a lo largo del año, pero en diciembre coincide que ninguna de las dos estamos de vacaciones y que yo estoy aceptablemente bien depilada para hacer gala de todos mis lunares.
22.- Bautismo de nieto-de-otra-amiga-de-suegra: Sí, tampoco es que se lo festejan con el añito, así que no entiendo por qué en esta fecha precisamente...
23.- Santa Lucía: Ir aunque sea un rato cortito.  Digo yo una cosa, no podrían haberme elegido un nombre cuyo santo fuera no sé...  en marzo por ejemplo (junio tampoco sirve porque es mi cumple!)

A esto se le suma lo que todavía falta:

- Cumple de prima:  se ve que la madre leyó en algun Para Tï eso de que no había que unificar festejos, pero nosotros no tenemos la culpa que se le haya ocurrido encargar un bebé para ese entonces, como para volver a juntarnos entre navidad y año nuevo
- Cena con amigas de trabajo II:  esta vez sin clientes!
- Entrega de informes en trabajo I:  ¿A quién se le ocurre que además de cumplir con tanta joda uno tiene que trabajar más que el resto del año?)


Y lo peor es que no cumplí con todo, sino que hay otras cosas que suelen entrar o deberían entrar en diciembre:

- Concert del cole de MC: fue en noviembre  (Espectacular)
- Entrega de informe final del colegio de MC: También noviembre (y también espectacular, tanto el informe, como que hay sido en noviembre)
- Compras: como decía más arriba, la cuestión regalos está mucho más acotada este año.  Comprar para MC no me cuesta (en general) y lo que es yo no necesito nada, así que lo que me compre será por placer
- Fiesta de fin de año en trabajo I con clientes:  Este año no realizó (la primera vez que hacen algo coherente en esa empresa)
- Cena de fin de año con gente de mi sector en trabajo I: No me invitaron, por segundo año consecutivo.  No se imaginan la amargura que tengo.
- Neumonólogo: queda para enero, ya fue destronado unas tres veces, la secretaria debe odiarme
- Cortarme el pelo: también queda para enero.  Por mucho que lo necesite y pueda facilitarme la vida, ni anestesiada me meten en una peluquería en esta época del año.
- Limpieza general:  Queda para enero (yo sí que sé divertirme)
- Año nuevo:  Es en enero!

Menos mal!

¿Soy la única que se estresa tanto en esta época del año?

lunes, 5 de diciembre de 2011

Rumbo al desempleo 9: Esperar

Tenía una profesora en la facultad que una vez planteó algo que me resultó muy interesante.  Preguntaba si la espera, la pura espera, existía y en caso de existir, qué difícil era encontrar un ejemplo.

Podríamos clasificar a los esperadores en las siguientes cateogrías:


1) Los derrotistas.  Parecen los esperadores en su estado más puro, pero engañan.  En realidad la espera los encuentra a ellos, simplemente porque en esa actitud son presa fácil de las esperas.



2) Los contrafóbicos:  Con tal de no sentir que pierden el tiempo se llevan un libro, tres revistas de crucigramas, otras tantas de sudokus, esmalte de uñas, algún trabajito de costura, o el tejido;  además responden mails, pagan cuentas por internet y hasta cumplen con hacerle el llamado semanal a la tía bisabuela.



3) Los indignados:  No importa que quejarse no sirva para reducir la espera, al menos llenan ese tiempo con algo.  Tampoco es una espera propiamente dicha, ya que como dice el famoso refrán "el que espera desespera".  Sí, la bocina del auto es la voz de queja más potente que existe actualmente en el mercado.  Con la ventaja que no dice incoherencias como las señoras en el supermercado o en la sala de espera del médico.



4) Los observadores:  también parecen esperadores de raza, pero no nos engañemos.  Suelen extraer increíbles enseñanzas de estas observaciones.  Es así como el esperador-observador tiene muchas chances de elegir la caja que avanzará más rápido en un supermercado, sabrá identificar con unos valiosos segundos de anticipación el momento en el que un niño estallará en un berrinche (y mudarse a otro planeta, como mínimo).  También sabrá cuánto es el promedio de propinas que se está dejando ese día en determinado restaurante; y hasta tiene un gran sentido de la moda, ya que en su imaginación le ha cambiado la ropa, el peinado y los accesorios a casi todas las personas que lo rodean.



5) Los dormilones:  Calculo que no necesita explicación.  Aunque podría encuadrarse dentro de la categoría de los contrafóbicos:  ¿qué mejor manera de aprovechar el tiempo?


6) Los veraneantes:  También aprovechan el tiempo, pero se diferencian de los contrafóbicos en que no les angustia esperar, sino que precisamente estaban buscando ese espacio en blanco para lo que sea:  descansar en una sala de espera, charlar con las otras personas en la fila del banco (si fuera tan tedioso esperar en la fila del banco estarían haciendo la transacción por internet en la gran mayoría de los casos, que bien es lo mismo), para no ser los primeros en llegar a una fiesta en la que no conocemos a nadie o para espiar en la mesa de al lado a ver de qué se trata en realidad el daube de boeuf à la provençale

Ahora bien ¿A santo de qué viene esta clasificación en esta saga?  Simplemente a título de que hace casi seis meses que empezó mi lío en el serpentario, y más de cuatro que presenté el proyecto en cuestión.  Y sigo esperando.



Y también sé que en breve se definirá, y ahora me entró esa ansiedad de pensar que al menos es más segura la incertidumbre actual que lo que me espere una vez que conozca el resultado.  Y entonces me parece que esperar no es tan malo...  si existiera la espera, claro.

Yo he pasado en mayor o menor medida por todas esas instancias, ,ya sea una espera de minutos en la caja del super o de meses en el trabajo.  Y también más de una a la vez, como por ejemplo llevar todo como una buena contrafóbica, y después quedarme dormida, o terminar de adivinar a qué colegio va cada niño a través del uniforme.  También tecleo sobre el volante (si no toco bocina es porque principalmente me molesta a mí)  sabiendo que esa barrera es imposible, y aún sí elegí el camino que incluye esa barrera.  Puedo ir con total resignación a hacer media hora de fila en la caja del supermercado  y terminar charlando con la señora de adelante...  o redactando mentalmente un post.



¿Y ustedes qué clase de esperadores son?