lunes, 27 de febrero de 2012

Apuntes estivales

Supongo que en tres años y medio de blog habré dejado traslucir en más de una ocasión que puedo ser cabeza dura, terca e hija del rigor (y sino miren cuándo vengo a publicar la entrada acerca de las vacaciones...  en el último día oficial de vacaciones, precisamente!)

Bueno, como siempre hay un roto para un descosido, como suelen decir mi madre, mi jefa y otras mujeres que me han determinado de alguna manera, encontré a alguien que me hiciera la competencia.

Muchos recordarán que estaba por empezar un nuevo contrato, que apenas saliera tenía que presentarme, por lo cual no quería irme de vacaciones.  Pero pensando en el resto de la familia, no me pareció justo así que le planteo a mi medio lima-limón "vamos de vacaciones a algún lugar cerca, o con buenos accesos, de donde sea fácil volver con el auto o en avión en caso que me llamen que tengo que empezar inmediatamente"

Bueno, esta es la idea que tiene mi marido respecto de esa especie de lugar:


(Tengo la impresión que alguien se quedó con las ganas de participar en el Dakar este año)




¿alguien puede señalarme dónde está el aeropuerto?



Un lugar donde haya señal de celular


está bien que pedí que hubiera poca gente, pero...  habrá vida en este planeta?


Sí, parece que sí, porque todo este viaje fue para encontrarnos finalmente con:

Autos...
...y más autos (mencioné otra cosa que esperaba de las vacaciones era cambiar de aire?... parece que cambié de nafta nomás)


Un embotellamiento es la clase de experiencia de la que uno carece en la vida cotiana de una gran urbe y desea experimentarla al menos en vacaciones...  o era al revés?

Pero todo valió la pena porque conocimos... 

 el mar!  Que sospechosamente es muy parecido al atlántico...  no sé muy bien por qué...  tendrá algo que ver que ambos son océanos?  Todo bien con la otra orilla pero honestamente no encontré demasiado después de dos días de viaje, que no pudiera encontrar a cuatro horas de Buenos Aires...

Conocen a alguien más mala onda que yo?

Probablemente, en lo que a vacaciones se refiere, no.

Dispuestos a emprender la retirada, mi perfecto marido cumplió con otro de mis requisitos de las vacaciones: que no hiciera tanto calor



Si cartelito, no te preocupes que no vamos a desobedecer, o nos hacemos pomada, literalmente


Y por estos parajes debíamos andar cuando me mandan el mail que mi contrato nuevo había comenzado...   se imaginan que había para elegir 3G, WiFi e incluso 4G debía haber (que yo no tengo, pero seguro que había....  4Gatos locos... bah, no eramos 3!)


Algunas horas más tarde, de vuelta en la civilización, por fin pude conectarme para recibir esa noticia que estaba esperando hace tiempo, mi contrato nuevo había comenzado y debía presentarme al día siguiente...


Cosa de que el efecto terapéutico de las vacaciones se vaya antes de que éstas hayan concluido.
Esperemos al menos que ese cielo sea algo así como un buen presagio, o la calma después de la tormenta laboral.
Y esto es todo a lo que a vacaciones se refiere...  vaya uno a saber por cuánto tiempo más!

domingo, 12 de febrero de 2012

Los locutores y sus dilemas de conciencia




No voy a mentir y decirles que esta inquietud me surge porque en 4º año de la secundaria pensaba en anotarme en el ISER, ya que quien me haya escuchado hablar sabe que es más probable que me tomen de crecepcionista en el Mater Dei, y eso ya es mucho decir.

Simplemente me surgió la duda mirando los otros días algunos comerciales firmados por "Presidencia de la Nación".

Porque una cosa es mentir un poquito, y expresar alegremente que un jabón te va a hacer más inteligente, o que comprando un frasco determinada mayonesa vas a conseguir numerosos amantes (amantes dije, no novios!) o que limpiando toda tu casa con algo muy parecido a lo que comprarían nuestras abuelas en la feria podés alcanzar un estado cercano al nirvana. Porque es como que hay un juego que nadie expresa, pero que todos sabemos que lo estamos jugando, y en el fondo, a todos nos gusta que nos digan mentiras chiquitas en las que todavía nos gusta creer.

Pero de aquí a las publicidades mencionadas más arriba, hay un salto bastante grande. Digo yo, si uno no cree en nada de lo que está diciendo, cómo ponés voz de convincente. ¿Cómo será escucharte por la tele diciendo algo cuando pensás todo lo contrario?

Supongo que en definitiva de eso se trata lo de ser profesional.

Hasta aquí llegaba el post cuando lo escribí...  en junio de 2008!  Así tal cual, hasta el dibujito (más propio de esas épocas del blog que en las actuales, donde probablemente hubiera elegido otra, pero no quería modificar el post original)
No recuerdo que publicidades estaban en juego en aquel entonces, ni por qué finalmente no lo publiqué.  Será que no me gusta hablar demasiado de política, o vaya uno a saber por qué quedó todo este tiempo en el borrador
Pero después de encontrarme con la siguiente publicidad (por si alguien todavía no la vio):




esto es lo más benevolente que se me ocurrió escribir (o editar, mejor dicho)


...  y sigue pendiente el post-post-vacaciones...

domingo, 5 de febrero de 2012

El que se va sin despedirse...


Cómo son las cosas...  antes uno hacía un post pre-vacacional y otro después.  No sólo eso, antes uno planeaba las vacaciones minimamente y volvía con tiempo como para escribir un post...  bueno no se ilusionen, la próxima entrada no se salvan de mis vacaciones.
Mientras tanto, el día que estaba volviendo me llega un mail en el que me informan que empieza mi contrato nuevo....  y qué nervios!  El resto de esta semana estuve haciendo trámites, pero este lunes amén de algunos trámites más debo empezar efectivamente.  Volver a mi sector...  verles las caras...  y como decía Felipe lo peor no es el primer día sino todos esos malditos días subsiguientes.
En fin, cuando parecía que me quedaba sin ideas para el blog siempre aparece algún problema en el trabajo para remontar un poco el barrilete, aunque calculo que estaré bastante complicada con los tiempos...  veremos qué sale.
No se imaginan los nervios que tengo, y lo que estoy deseando que ya sea, por lo menos, el viernes que viene a la tarde.