Hoy comienza una serie de entradas, y creo que el título es más que sugestivo. Creo que lo único que queda por determinar es si gano una indemnización, una úlcera, la posibilidad de bañar a más de uno de arriba a abajo como debería haber hecho hace mucho... o todas estas posibilidades juntas. Pero la situación no dá para más. De momento aprovecho a hacer estas últimas reflexiones respecto a mi empleo actual... y después el diluvio! Creo que me preocupa no tener material para continuar el blog después, pero mientras aprovecho.
La entrega de hoy: Regalos
A mí me encanta el tema de los regalos. Tanto recibirlos como hacerlos. De hecho creo que más vieja me vuelvo, más me inclino por el placer de hacer regalos antes que el de recibirlos.
Desde hace un tiempo a esta parte llegué al punto de implementar una planilla donde vuelco ideas de regalos para las distintas personas importantes que hay en mi vida, así llegada la ocasión tengo mayores chances de sorprenderla con algo de su agrado. Así le regalé un hornito eléctrico para aromaterapia a una amiga medio esotérica que al trabajar con niños se le complicaba el tradicional con velas por el tema seguridad; a mi jefa 2 tengo anotado desde hace un tiempo que le gustan las plantas con flores azules, así que tengo medio resuleto el tema del día del amigo (lo único difícil será conseguir plantas con flores azules, que no son tan comunes, pero la idea está). También fueron muy bien recibidos un cooler para la notebook de mi hermana que levanta temperaturas dignas del planeta Mercurio, un portarretratos digital con una selección de fotos de MC para Facundo (idea que puede repetirse con abuelos) una balanza de cocina profesional para mi madre, y sin ir más lejos, hoy acabo de anotar en la listita el sacacorchos automático a pilas que me llegó por Groupon que calculo hará las delicias de mi padre.
Nunca entendí demasiado eso de regalar un Gift Certificate. Sí, ya lo sé, es muy práctico, ya que dicen que más del 50% de los regalos se terminan cambiando, pero en qué pensó la otra persona al hacerte ese tipo de regalo?
Los regalos dicen mucho, en un cumpleaños recibí dos sweaters uno me iba bien y el otro era exactamente el doble de ancho! Cuando lo fui a cambiar la vendedora me miró y volvió a mirar el sweater y dictaminó "el que te regaló esto debe odiarte"
De la misma manera mis tías han sabido hacerme regalos de mucho, muchísimo dinero... pero en dinero. Que terminaba convertido en cualquier cosa menos en un regalo (sí ya sé, culpa mía, la intención era buena). En definitiva, si con ese dinero me hubieran comprado un regalo seguramente serían regalos que recordaría hasta el día de dejar este mundo, en cambio el dinero se fue diluyendo la mayoría de las veces. Igual reconozco que en epocas de poca expericencia y bolsillos flacos, tener unos billetes en la billetera era un excelente obsequio.
Ahora bien, pasemos de la parte afectiva al ámbito laboral. Quien haya leído al menos una entrada de este blog puede rápidamente llegar a la conclusión que los afectos y el trabajo en éste caso están más bien divorciados.
En mi trabajo, proximamente supongo que ex-trabajo, pasamos de no regalar ni un saludo de feliz cumpleaños a hacer regalos extravagantes... y por cualquier motivo.
Cuando yo me casé y cuando nació MC, de más está decir que atravesábamos la época de no regalar ni los papeles que ibas a tirar a la basura. Pero como para mí los regalos van ligados a los afectos poco me importaba.
Con el tiempo, empezaron con la cultura "regalera": primero para los cumpleaños. Se propuso que juntemos dinero para todos los cumpleaños (sí, como no podía ser de otra manera, mi cumpleaños fue en junio, y esto se propuso en julio). Por lo único que protesté era porque me parecía que no podíamos ir 20 a cenar a la casa de la cumpleañera que se había gastado un aguinaldo en comida y bebida con un regalito, el mismo que se le hacía a otra a la que encima había que hacerle el brindis en la oficina, pero bueno, fui tratada de materialista. Sí justo yo. Esta costumbre pronto cayó en el olvido (sí, adivinaron, antes que yo volviera a cumplir años)
Después empezaron con los nacimientos. Comprar regalos para recientes madres por las que no siento ninguna simpatía (sino más bien todo lo contrario) no me hacía mucha gracia. Lo peor es que estás en la encrucijada de no poner dinero y quedar como que lo único que te importa es esa pequeña suma; y aportar haciendo que no pasa nada... cuando mi intención es la contraria!
Después vinieron los casamientos. A los casamientos nunca se invita a todo el sector, pero para el regalo tenemos que aportar todos. No dije nada respecto a invitaciones porque iba a quedar materialista como en el tema cumpleaños (y cuando yo soy la invitada a uno de esos casamientos, es por una relación de amistad con la persona en cuestión y le hago otro regalo aparte). De más está decir que una vez, a la gerente se le había puesto en la cabeza que a una que se casaba había que regalarle unas ollas Essen. Como no conseguía quien las vendiera, y no pudo comisionar a alguien para el encargo... le terminó dando el dinero en un sobre!
Ahora vino la nueva moda: Los regalos de "convivencia". Ya no me importa que me tilden de materialista a esta altura pero en general, la lógica en las relaciones sociales eran: los novios deciden casarse y gastan en una fiesta, vas con un regalo; se van a vivir juntos sin participar a nadie, destinan ese dinero a equipar su casa...
En fin, la mía será una lógica materialista, pero la del resto no es por bondad sino que la que no recibió un regalo de "convivencia" está por irse a vivir con su novio y espera recibirlo.
En el transcurso de éstos últimos tres meses sumamos un casamiento, tres nacimientos, dos convivencias, y ahora acabo de recibir un mail para recolectar para otras dos convivencias.
De repente me sentí como Carrie Bradshaw la protagonista de Sex and the City en el genial capítulo "A Woman's right to shoes" donde expone su indignación de por qué si uno no se casa ni tiene hijos nadie te celebra nada en la vida (porque cumplir años, cumplimos todos). En lo que a mi trabajo se refiere soy soltera y sin hijos, a menos que me divorcie y me vuelva a casar o tenga otro hijo... algo que no creo que llegue a hacer en el escaso tiempo de vida que me queda en esa organización
¿Los demás pensaron alguna vez según esa lógica? ¿Qué signifiacado le dan a los regalos?