(Esto es abuso de obra, lo sé. Pero no es mi culpa que dos veces en este mismo blog una imagen vaya tan bien!)
El año pasado, por diversos motivos no estaba de humor para festejar, ni publicar nada sobre, el día de la madre.
Vamos a desquitarnos éste año. Por capítulos.
1.- Mi madre
Aunque suene a frase hecha, por todo lo que uno no valora en su momento y entiende después. Empezando por los meses de diabetes gestacional y la consecuente dieta estricta por meses. Yo hace cinco días que intento algo parecido a comer como una persona normal y por motivos mucho más egoístas y casi que no sobrevivo a la experiencia (menos mal que mi vida, ni mucho menos la de nadie más, dependen de eso)
Porque hasta los 17 años gracias a ella pensaba que las camisas se lavaban y planchaban solas al ritmo de una diaria, que los botones se cosían solos porque nunca estuvieron fuera de su sitio más de 10 minutos en su presencia, que mis zapatos eran auto-lustrantes porque a la tarde los traía llenos de polvo y a la mañana siguiente aparecían relucientes y que mi mochila tenía un generador propio de pañuelos limpios.
Porque aceptó convertirse en "madre" de un perro, a pesar que no simpatiza con ninguna otra especie que habite este planeta que no sea la humana (y ni siquiera toda)... y pudieron convivir con bastante armonía por más de década y media.
Nunca escondí el hecho que a pesar de todo, casi todos los días hay un "hola mami..." (eso sí, nunca mamá, siempre mami, MC igual)
2.- Literatura
Primero para que la entrada tenga la calidad que las madres se merecen y segundo porque la divertida anécdota refleja muy bien la relación madres - hijos, o al menos, la mía en particular.
«Con los años llegaron los nietos. Mamá no se resignaba a ceder tan fácilmente ante nuestros conocimientos médicos. Y los chicos, todos lo sabemos, tienen el caprichoso hábito de enfermarse. Un mediodía, Gustavo, que entonces tenía apenas unos pocos días, estaba padeciendo una dermatitis del pañal. Lloraba y no encontrábamos la forma de calmarlo.Entonces intervino mi madre:"Puedo prepararle algo con clara de huevo.""Por favor, mamá. No quiero cosas raras."Mientras marcaba el número de la pediatra, le dije:"En estos días hay un llamado a concurso en la cátedra de Pediatría de la Facultad. Si querés podés presentarte... el cargo es para Profesor Titular."No dijo nada.Me comuniqué con la colega. Luego de los saludos, le pregunté por la medicación para mi hijo. Supongo que mi madre descubrió el desaliento y la vergüenza en mi cara, torpemente oculta con débiles monosílabos.Al final me animé a más."Ah... bueno... claro. ¿Así que eso es lo mejor? Gracias."En mi desconcierto hasta había olvidado de despedirme.Cuando colgué el teléfono me topé con la mirada de mi madre.Se hizo un instante de silencio. Yo no sabía qué hacer ni qué decir."¿Y... qué dijo la doctora?""Hacé como quieras... preparale "eso" ... con la clara de huevo"Tenía que alejarme. A los pocos pasos sentí como un mazazo en la espalda."Eduardo, ¿dónde hay que anotarse para el concurso?"No pude dejar de sonreir. Ella no necesitaba ponerse de frente para saberlo.»Hayrig II - Eduardo BedrossianEdit. Roberto Grancharoff e hijos. Abril 1995
3.- Mi suegra
Algunas semanas atrás estábamos los tres (vale aclarar, F., MC y yo) todos con diversas pestes y/o achaques.
Haciendo caso omiso de su madre, el susodicho se va de viaje igual. Yo le aseguro a mi suegra que MC y yo estamos bien, que no necesitamos nada y cualquier cosa yo la llamo, y ella se manda un "pero lo que no entienden es que yo necesito maternar a alguien y ustedes no me dejan!"
4.- Mis dos abuelas
Que con la excusa de "el embarazo mejora el asma" se dieron el gusto de tener otro hijo. El quinto para una y el cuarto para otra. En una época sin lavarropas, sin freezer, sin televisión, sin pañales descartables y en una época que la palabra "jardín" no tenía como primera aceptación "... de infantes".
Gracias a ellas tuve un padrino y un tío altamente malcriador.
5.- Mi "bisabuela"
Que siempre tenía una dosis de sugus y de paquetes de figuritas cada vez que la veíamos. Cuando ya estaba enferma e íbamos a verla al sanatorio, no fue la excepción para quedarnos sin los sugus surtidos ni los sobres colorados de frutillitas, porque nos decía que el médico era tan bueno le permitía bajar a comprar al kiosco de enfrente todos los días después del desayuno, sólo porque era para las bisnietas. Ponía cara de pícara y nos decía "por ustedes, dejo que todo el mundo me vea por la calle en camisón".
6.- Mi papá.
No, no es madre, ni tuvo que hacer de madre. Pero, como no hay madres sin padres, no dejemos de mencionar que el teórico kisoquero en realidad era mi papá, que como buen padre y nietastro político, le compraba los sugus por kilo y las figuritas por cajas.
7.- Martita
Curiosamente empieza con "ma" también. Es la señora que me cuidó desde chiquita.
Hace pocos días, casualidad o no, después de una bronca con mi mamá (y no de las tan habituales sino un poquito más) me entero a través de mi papá de esta curiosa anécdota:
Un día, antes que yo empezara a tener memoria, vaya uno a saber por qué motivo, mi mamá y Martita discuten y ésta última termina renunciando y dejando "en banda" a mi mamá.
A los dos o tres días vuelve, pero dejando en claro que "no es por ayudarla a usted, sino porque extraño mucho a las nenas".
Fue lindo enterarme durante ése día en particular, y también darme cuenta la integridad que tuvo de no decírmelo todos estos años para no desacreditar a mi mamá.
8.- Mi hija.
Cierro con el capítulo más importante y para ilustrarlo, una anécdota simpatiquísima.
Algunos días atrás caminando ambas por la calle, MC me señala la reciente publicidad de Bimbo, donde se ve la rebanada de pan con un gracioso dibujo en dulce de leche emulando una carita. Acto seguido me pregunta cuándo le toca ir con la abuela después del jardín. Mi pobre cerebro aletargado no podía comprender la extraña relación que podía existir entre la mencionada publicidad y el hecho que los días jueves mi suegra retira a MC del jardín.
Después de muchas indagaciones y alguna que otra reflexión entendí que lo que se esforzaba por hacerme entender es el hecho que esos días mi suegra y MC van a merendar a una confitería, con dulce de leche incluido para MC.
Descubrimiento Nº1: Mi hija creía que el dulce de leche en estado puro sólo era posible obenerlo en una confitería.
Dispuesta a enmedar con creces ése grave error nutricional, nos proveemos de un buen frasco de dulce de leche la salamandra.
Descubrimiento Nº2: además de todo, MC pensaba que el dulce de leche sólo existía en las dosis homeopáticas que sirven en las confiterías.
No puedo describir la cara de maravillada que tenía mi hija frente a un frasco de dulce de leche, con infinitas cucharadas. Pero traten de imaginarlo. Piensen por ejemplo cuál sería su emoción al descubrir algo que nos produce mucha satisfacción y que solemos conocerlo sólo en singular (ejemplo, billete de U$S 100, jeje) multiplicado por 50 o 100 y ahí tienen su carita.
Y encima de todo, en vez de recrminarme que por mi culpa, durante sus tres largos años no supo que podía existir ese placer tan al alcence de su mano piensa que soy algo así como quien descubrió una vacuna (sabor dulce de leche!) contra los dolores de panza, por ejemplo.
¿No son lo más estos peques?
16 comentarios:
Ay, las madres!!
Mi vieja es un personaje: ahora que se jubiló, se jubiló pero en serio!! Se levanta tarde (siempre le encantó dormir pero su trabajo de docente no se lo permitía) y se dedica a hacer todas esas cosas consideradas hobbies.
Y mi suegra, es de las que eternamente "maternean" ya que cada tanto viene y supervisa el estado de las plantas, plancha alguna que otra camisa y lava todo lo que haya en la pileta.
Besos y feliz día!!
Impresionantes las anécdotas de cada una de las madres y tu padre. El capítulo "suegra" lo salteo. La mía fue y será una ye¨gua, jajajajaja. Feliz día para vos y tu vieja!!! Te dejo un beso!
Pequeño y lindo homenaje para todas las mujeres-madres de la family (con padre incluído)
Espero que hayas pasado un lindo día. Y seguí comprándole dulce de leche a la nena! es un "amansa fieras" como decían en mi casa ajajaja.
besos
Me gustaron todas las categorías!!! Y está bueno cerrar con MC y su descubrimiento de las toneladas de dulce de leche (duleleche, como dice mi Oli)... es la síntesis de que cuando sos chica nuestra mamá siempre es todo, a pesar de todo: la más genia, la más linda, la más simpática, a la que mejor le queda ese sweater rosa... a pesar de que vos te sientas la más inútil, fea, antipática y no te puedas ver vestida de pink panter...
Y cuando sos grande, o -peor- cuando sos mamá, sos más crítica, más "objetiva", pero también más comprensiva... en el mejor de los casos, la relación puede mutar a ser una amiga con la que te contenés de igual a igual... y en el peor, siempre será tu mamá con sus múltiples contras y sus lgunos pros... pero mamá al fin!
Besos y feliz díaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Hermoso tu post, me encantó la anécdota de Marta, pucha cuanto te quería!
En cuanto a la relación madre / hija siempre suelen ser díficiles, conflictivas, pero curiosamente con los años descubrimos que no somos tan diferentes. Besos y aunque con atraso feliz día! tía Elsa.
- Etienne: La vida de jubilada de tu mamá es el sueño de la mayoría. Especialmente porque puede dormir hasta tarde (en el doble sentido que no se tiene que levantar temprano, y el cuerpo le permite seguir durmiendo hasta tarde). Debe ser copada tu mamá, yo cuando paso por un super antes de las ocho de la mañana super apurada y veo a los jubilados haciendo la fila pienso qué injusto que es el mundo.
Tu suegra "maternea" de una forma mucho más práctica que la mía, en especial a lo que a planchado de camisas se refiere! Cuidala (mejor dicho a la hija) que suegras así cuesta conseguir!
- Marina: A veces eso es lo rico de ponerse a escribir. A uno le suenan super comunes las anecdotas familiares, y tal vez lo sean, pero siempre está bueno compartirlo y ver la mirada de los demás en algo que para nosotros es super natural.
Ojalá vos también hayas pasado un hermoso día.
- Any: gracias! Igual sabés lo más curioso es que ninguna de ellas lee este blog (porque nunca les pemití conocer su existencia, jaja)
Vamos a ver qué hacemos con el dulce de leche, porque mermó a una velocidad que hasta resulta peligrosa. Igula me deja tranquila que, conociendo el título de tu blog (por más que el DDL sea de otra marca) me juzgaras demasiado duramente, jaja
- Ronnie: siiii totalmente!!!!! Nada como los hijos (de esta edad, claro) para levantarnos la autoestima!!!
Igual por ahí lo mejor que les puede pasar es que más adelante el ídolo se les vaya cayendo solito, pero mientras tanto razón de más para disfrutarlos ahora, que además va a durar tan poquito!!! (Y para que mi comentario no suene egoista de "tener un hijo porque es la única forma que puedo sentirme una ídola" también es cierto que es lindo ser un chiquito de dos o tres años y tener esa seguridad que papá y mamá todo lo saben y pueden).
Respecto a las mamás-amigas una vez mi mamá fue a un té en donde en vez de traer un mago (jaja) trajeron a una psicologa que hablaba sobre esto y volvió a casa con la conclusión que ella no era amiga de sus hijas. Y para mí no está mal, a las amigas les perdono mucho menos y aún así hay algunas que por la décima parte de lo que alguna vez me dijo mi madre se enfrió la relación, si es tu mamá eso no pasa (lo que no quita que igual te puedas llevar bien, más o menos, pésimo, etc).
Espero que hayas pasado un hermoso día también.
- Tía... ahora me hiciste acordar que me faltó mi tía!!!!!!!!! (no es una tía más)... y también mi madrina!!!!!! aunque se lo dije ayer... evidentemente mi capacidad de multiplicar la extensión de una entrada no conoce límites!
Respecto de Martita, es así, y a veces creo que muchas madres no se dan cuenta que no pueden estar cambiando de empleada cinco veces por año porque el hijo sufre, a pesar que la nueva lave mejor las ventanas, le sepa dar un masaje shantala o haya estudiado para niñera de la casa real británica. Ni que decir lo que esas mujeres deben sufrir cuando de un día para otro les sacan sin contemplaciones a "sus nenes".
Sobre lo iguales a nuestras madres que podemos llegar a ser... no me hables que cada vez más (especialmente en el trabajo) me sorprendo como una "mi-madre" un poco más joven. Ya me doy miedo, jaja!!
Besos!
muy buena la relación de todas las mujeres en la vida de una (otra mujer!)...creo que es tal cual.
Como a vos, me pasó lo mismo, con matices distintos.
Me acuerdo de mi abuela, jugando con mis hijos, y creo que es uno de mis mejores momentos, y cada una de las mujeres, tias o amigas, que tuvieron que ver en la vida de mis hijos, creo que tienen ese mismo influjo que describis vos.
Lástima que la vida se las lleva un día.
un beso
Lola: Me tomé mi tiempo para leerlo plàcidamente, porque con Matias alrededor era imposible.
Y este texto no tiene desperdicio! Me encantò... sobre todo "el descubrimiento del dulce de leche"! Me imagino la carita de felicidad!
jajaja
Besos y feliz dia atrasado!
- Ana, personalmente creo que todos más o menos tenemos anecdotas del estilo. Lo que hay que hacer es rescatarlas del olvido (que no es para nada quedarse mirando para atrás). Qué bueno que vos también sepas apreciarlo y también te pongas a pensar en "todas las madres" a veces.
Una de mis tías (y un olvido imperdonable en este post) me acuerdo que cuando falleció mi abuela (o sea su madre) me consoló respondiendo mi pregunta de por qué se moría la gente con "sino no podrían nacer bebés nuevos". Y ahora que tengo una (que ya dejó de ser bebé en realidad) no deja de ser triste y uno no deja de pensar que aunque no para siempre podrían haber estado un poquito más... pero bueno todo no se puede...
- Mai, entiendo eso que decís de leerlo con nenes alrededor. Gracias por tomarte tiempo!!!
Lo de la anecdota del dulce de leche, creo que fue más felicidad para mí no sólo verle la carita sino la ternura que me da ver cómo va descubriendo el mundo; que ella al descubrir cantidades inimaginables de DDL... y eso ya es mucho decir!
Besos
Que lindo poooost!!! Me encantó y me llenó de ternura!
Ahora, capítulo aparte, tu papá!! Un genio, y un alma generosa!!
Besooos
PD. me voy con una caricia en el alma!
Pero qué linda entrada, mujer!! Me robaste sonrisas de todo tipo: cómplices, de vergüenza, de recuerdo, carcajadas, etc.
Espero que lo hayas pasado divino en tu día... miles de besos con dulce de leche seguro recibiste!
... ...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazon
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesia ...
AFECTUOSAMENTE
A LA QUE TE CRIASTE
jose
ramon...
y después dicen que madre hay una sola... hola lola! muy lindo el post, y bué toy sensible con el tema. Te dejo un besote, gracias por tus cariños virtuales. Beso!
Reeee tarde, perdón!
- Stella: muchísimas gracias por tu comentario. Con muchas menos líneas yo sentí lo mismo con lo que vos escribiste.
- Julie, qué honor haber provocado tantos tipos de sonrisas!!!
Espero que vos también lo hayas pasado genial. A María Clara de Santa Fe, obvio le traje un frasco entero de dulce de leche (el mismo con el que se fabrican los famosos alfajores!)
- José Ramón: todo un poeta! Hermoso poema, aunque este blog no cree ser merecedor de tanto.
Nos estaremos visitando.
- Adriano, gracias por pasar, y sí, a veces los padres y madres tienen la mala costrumbre de enfermarse cuando van envejeciendo. Espero que dentro de todo hayan podido pasar un feliz día.
Besos a todos.
Hermoso Lola, me encantaron tus relatos de anécdotas tan diferentes pero todas cargadas de mucho amor!
Besos.
Merlina, supongo que esa es la base de todo (los afectos) porque con el caracter que tenemos en la familia, a veces hay que hacer un esfuerzo importante para encontrarlo, pero lo importante es que está.
Besos!
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