jueves, 27 de noviembre de 2008

Hogareñas

Cuando con Facundo nos casamos y empezamos a vivir juntos (en ése orden, como dirían las señoras respetables) pensabamos que además de una familia, debíamos construir un hogar, y no me refiero a una chimenea.

Aunque no hay nada más hogareño que una chimenea a leña, ahora que lo pienso, en un departamento en general hay que quedarse con las ganas. Pero siguiendo con las cosas hogareñas,de esas bien del tipo "de la casa de la abuelita" no podían faltar dos elementos básicos, que además denotan mucho, muchísimo, los roles esperados por la sociedad por cada miembro de la pareja.

Sí, no podía ser otra cosa que un costurero y una caja de herramientas.

En el caso de las herramientas, fueron provistas generosamente por mi suegro. Es una caja tan linda, tan bien armada, que a él, que suele usarlas, le dio pena desarmarla. Tal vez, además de un gesto de desprendimiento loable, haya tenido que ver con que sabía que en nuestra casa iban a permanecer intactas mucho más tiempo. Y así fue. Es que en realidad la culpa la tiene esa famosa caja, a F. le da pena tocarla, tanto que las únicas seis veces que arregló algo compró u usó otras herramientas.

Yendo a la parte femenina del asunto, a mi madre le preocupaba más que en mi nuevo hogar hubiera costurero antes que agua caliente. Yo creo que hasta debe haber tenido pesadillas de lo que podría llegar a pensar su consuegra si se enteraba que una hija suya no tenía costurero. Y me pasa parecido a F. El costurero es tan pero tan lindo, que me siento poca cosa para utilizarlo. La media docena de veces que necesité coser algo y no encontré a nadie más que lo hiciera, en general terminé comprando lo necesario, y así se armó otro costurero más de entre casa, o mejor dicho más acorde a mi casa.

Eso sí, como de exposición, tanto la caja de herramientas como el costurero siguen preciosos... se nota que no los usamos. Por las dudas, espero que sigan así por bastante más tiempo.

martes, 18 de noviembre de 2008

39.4


Como no tengo nada mejor que hacer, me puse a pensar qué es peor: si tener 39.4º o que haya esa misma temperatura en el ambiente.


Si tuviera que ser un poco misericordiosa con mis congéneres, diría que es preferible lo primero. Pero:


A) No soy muy misericordiosa

B) A mí con 39.4º también hay que aguantarme, aunque la cosa no es tan generalizada.

Por favor, que alguien me avise que ya estamos casi en verano. No puede ser que por tercer año consecutivo me esté enfermando de bronquitis en los meses de calor.

A todo esto, tal vez sería peor tener 39.4, pero años. Soy muy joven para eso todavía.

Espero que se sobreentienda que esta vez tengo permiso para delirar sin ser felicitada con diversos adjetivos calificativos ad hoc.
Para los que me están envidiando sanamente, les digo que no se gasten. No la estoy pasando genial pensando en que los demás trabajan y yo me quedo en casita. Más bien pienso cómo diablos vamos a terminar lo que tenemos que presentar la semana que viene, que ya veniamos atrasados sin bronquitis.
Además con hija enferma y marido casi enfermo no es negocio. Y con suegra sana, muchisimo menos.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Un soplo


La mayoría de las veces, cuando me pongo a pensar en cosas que pasaron allá por 1998 y alrededores, me parece que fue ayer. Esto no sería grave en sí mismo si no tuviera esa extraña tendencia a pensar que si de 1998 a 2008 llegamos tan rápido, seguramente mañana cuando me levante me encuentre con que estamos en 2018, y yo voy a tener más de 40, y además no voy a haber hecho ni la decimocuarta parte de lo que me gustaría tener resuelto para ése entonces y no sigo para no deprimirme más.

Con lo cual se me ocurrió hacer una lista de cosas que no existían o no habían pasado en esa fecha, para que no parezca que fue tan ayer. Por ejemplo:

- No sabíamos si sobreviviríamos el efecto Y2K

- Si nos preguntaban, seguramente hubieramos respondido que "Kirchner" era una especie de pingüino patagónico (pero de los de verdad)

- En la misma línea, George W. Bush era un niño de papá y nadie pensaba que podía armar semejante despelote desde la cuna

- La mayoría de la gente no sabía que era un DVD.

- Un dispositivo semejante a un mp3 o iPod era posible sólo en sueños.

- La palabra "corralito" tenía la única acepción de "especie de cuna con bordes de malla tejida usualmente utilizada como lugar de juego de los bebés"

- No sabíamos cómo iba a terminar Friends

- En la misma línea, hubiera sido casi imposible pensar que se iban a producir series del estilo de "Desperate Housewives" o "Lost"

- No existía el Danette

- No había en la Argentina jabón Ariel

- No se conocían los euros (tampoco es que haya tenido demasiados nunca, en realidad)

- No hubiera entrado en los cálculos ni aún del mejor economista que, de necesitarlo, se podían derribar las torres gemelas con un triste presupuesto de sólo U$S200.000

- En Argentina, todavía era posible ir a comer a Wendy´s, y comprar donuts en Dunkin Donuts

- Podías dejar a alguien seriamente herido si le tirabas un celular por la cabeza. Ni hablemos de SMS

- Siguiendo con lo anterior, las palabras de moda eran "movicom" y "unifon". "CTI" hacía referencia a alguien muy entendido en empresas. El unico que sobrevivió fue "Personal".

- Era habitual escuchar la expresión"Rollo de fotos", "Revelar" y en cambio "Cámara digital" era algo que todavía se estaba discutiendo cómo se iba a decir en castellano.

- No existía el agua saborizada

- La gente en ése entonces tenía el cabello graso, seco o normal; no como ahora que lo tenemos rizado, lacio, lacio extremo o con frizz, o al menos eso piensan los fabricantes de shampoo.

- En Argentina marcabas cualquier número de telefono sin anteponer el dichoso 4.........



- Y lo principal........ Tener banda ancha era un sueño! Cómo es que era la vida sin banda ancha? (ya no digamos sin google, o directamente, sin internet. ¡Horror!)


Entonces, todos los que sean socios del club, ése de los que han observado que el tiempo viene cada vez de peor calidad porque rinde menos y se angustian porque mañana ya llegó, pensemos que la mayor parte de nuestros problemas se van a ver solucionados por todos los productos que vamos a ir a comprar al super y que todavía no existen.

Aprovechemos a comer en lugares que dentro de poco no van a exisitir más (no me pregunten cuáles, si lo supiera estaría ganando muchísima plata, no puteando contra mi jefa)

Tómense fotos con cuanta persona se les cruce por la vida y así, por ahí ,dentro de 20 años le pueden mostrar a sus nietos que conocieron quien sea presidente en ése entonces. No olviden comentarles que al menos en apariencia, parecía una persona de verdad.

Y si tienen ganas de sentirse un poco miserables, vayan pensando qué triste es nuestra vida actual en la que no tenemos... el... la.... no sabemos bien qué, pero dentro de 10 años seguramente tendremos algo que hoy no existe y que nos va a parecer fundamental.

En cambio, si están verborrágicos, escriban un libro sobre las vicisitudes de vivir sin.... no importa qué, lo empiezan, hay como 10 años para completarlo.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Tres


Era un miércoles, tercer día de la semana, empezando por el lunes.

  • Hacía 13 meses y medio que nos habíamos casado. Todavía duraban los festejos, por decirlo de alguna forma.

  • Hacía 7 meses que habíamos dado por finalizado y nos dábamos por satisfechos con los últimos toques para nuestro nido.

  • Hacía menos de tres meses que habíamos cambiado el auto.

  • Hacía seis días que mi instinto femenino había empezado a trabajar.

Pasa que a mi instinto hay que creerle la mitad. O, más precisamente, la tercera parte, porque ya era la tercera vez (sin estar buscando!) en menos de seis meses que el instinto, ese digo no tener, estaba jugando conmigo.

- Pasaron cuatro días que no se podía hacer nada más que esperar. 28 días y contando. Pero en sí no era ninguna novedad. Mejor esperar un ratito más. ¿Quién quiere un resultado a medias?

"Para qué hacerlo ahora, es probable que dé negativo de
cualquier manera porque es muy pronto todavía"

Eso era lo que yo decía. Claro que en realidad, dejaba afuera la tercera posibilidad. La más linda, pero la que también da más miedo.

- Pasaron dos días más:

"Todavía es demasiado pronto".

Ese miércoles 9/11/05 como de costumbre, me fui antes que F. se despertara. Por una vez, no me dio demasiado odio, lo estaba evitando. No a él, al tema. Pero no por nada me casé con una persona más cabeza dura que yo.

A media mañana, en el trabajo empezaron los mensajitos:

"Voy a estar cerca, almorcemos juntos. Bss"

"Ni ahí, estoy tapada de trabajo. Besos!"

"Dale, son sólo 5´ :-). Te busco. Bss"

"OK" (sin "besos!" ni nada por el estilo)

En defensa de F. debo decir que al otro día tenía que viajar, por eso un poco el apuro... o eso dice él.

Como no podía ser de otra manera, me tocó a mí comprar el bendito test. Nunca, nunca agradecí tanto la existencia de las farmacias estilo autoservicio. Nunca me imaginé mucho con qué cara pedís un test de embarazo. Qué te dice el farmaceútico o el empleado cuando te vas?: "Gracias" o "Suerte"? Por supuesto igual tenés que pagar, pero es más impersonal, y por las dudas, agregué unos tres o cuatro productos más que por supuesto no necesitaba, pero para disimular un poco.

Y así, ése miércoles 9/11, en casa, durante horario laboral, cerca de las doce y media, nos enterábamos que íbamos a ser padres por primera vez.

Algo que extraño de estar embarazada es hacerme la cómoda. Porque por esa vez, F. se ocupó de todo: desde la comida (es decir llamar a un delivery y bajar él a buscarlo, lo que en general me toca hacer a mí y detesto), hasta averiguar cómo se hacía para ir a hacernos el análisis de sangre al otro día, y arreglar para no tener que viajar al día siguiente.

Aunque no es lo más responsable del mundo, es muy lindo enterarse por sorpresa. Muy muy lindo (siempre que uno esté más o menos preparado, claro). Lo recomiendo. Supongo que en gran medida para no pasar angustias y ansiedad antes y durante. Porque la ansiedad del después está siempre.

Porque después de ése positivo estaba tan feliz que no lo podía creer. Y no lo podía creer. Era como recibir un pedido sin haber llamado al delivery. Demasiado bueno para ser cierto. Por las dudas, me reservé de creérmelo del todo hasta el día siguiente.

Y así llegó el no menos famoso 10/11/05. Fecha oficial, si las hay. Supongo que en castigo por no haber estado todo el mes pendiente de esto, estuve casi toda la noche sin poder dormir. Nos levantamos tempranito, porque ya estábamos cansados de estar en la cama sin dormir. Ya que estábamos hicimos otro test casero de embarazo (previo paso por Farmacity nuevamente la noche anterior, donde compramos también otras cuatro cosas que tampoco nos hacían falta). Por las dudas. De otra marca, para mayor seguridad. Tampoco es cuestión que te anden pinchando si no es necesario. Y yo creo que si hubiera tenido la capacidad, el famoso test ése en vez de marcar rayitas de colores hubiera puesto un cartel tipo: "Vayan al laboratorio de una buena vez".

Esa mañana no se pasó más. Teniendo dos tests caseros positivos, no sé bien por qué seguía nerviosa, pero se me hizo interminable.

Y ése 10/11 de 2005, por tercera vez en poco más de 24 horas, tuvimos la tercera confirmación, esta vez oficial, que dentro de poco íbamos a ser tres. O que ya éramos tres. Como sea...

Por si no se dieron cuenta, tengo un problema con las fechas. El problema contrario a la mayoría de la gente: me acuerdo de todas. Es un problema también.

Así, podría seguir con el resto de los hitos del embarazo. Porque de alguna forma también, seguía sin poder creerlo mucho después de la primera ecografía, ni después de la segunda (¿por qué no me crecía la panza?) y así hasta llegar a Julio. Más precisamente el 18, un martes. Ese día no hubo la menor duda que ya éramos papás cuando nos mostraron una bebé chiquitita, rosadita, chinchuda y con una pelusita en la cabeza. Y menos lo podíamos creer que fuera realmente nuestra.

Y hoy hace tres años que empezó todo esto, y muchas veces, todavía, no terminamos de creerlo.

martes, 4 de noviembre de 2008

Que fluya


Después del post anterior, o mejor dicho, de darme cuenta que casi todos dejan las cosas más libradas al azar que yo, estuve haciendo un autoanálisis y me di cuenta que en realidad soy bastante capaz de dejar que algunas cosas me importen muy poco:

- Desde hace unos días que en el trabajo adopté la actitud de evitar a la gente que no me simpatiza. Ya basta de besos fallutos, de tratar de arreglar cosas con gente con la que la verdad no me interesa estar bien. Ya que soy una antisocial, ermitaña, en compañía de quien es imposible trabajar, al menos que se note, y que me sufran un poquito.

- Me tienen muy sin cuidado las elecciones en USA. Es más, recién me acordé al mediodía, y porque escuché a alguien hablando del tema. Yo sé que es muy loco, porque supongo que sea lo que sea (quien sea debería decir no?) que salga va a afectar (para bien, para mal, para mas o menos) hasta a las libélulas en Brunei. Pero si lo que puedo hacer es la mismísima nada, para qué preocuparme? Sirve de algo que me sume a mi marido y mi suegro que están pegados al televisor como si estuvieran jugando Argentina e Inglaterra por la final de la copa del mundo? Para el caso, tampoco se puede hacer nada para que Argentina gane o pierda la copa del mundo (y en este caso, tampoco nos afectaría a la mayoría de los argentinos, para decir la absoluta verdad)

- En la misma línea que lo anterior, pero en el ámbito nacional, y específicamente, las compras diarias: ¿No está demasiado gastado ya el "¡qué caro que está todo!", "!hoy con $100 ya no comprás nada!" y demás variantes del mismo discurso? Si, está todo carísimo, lo que podés comprar con $100 te entra en dos bolsitas de verdulería, etc, etc, etc. Pero estamos hablando del super, no de veranear en la Polinesia o de cenar en Puerto Madero
No lo podemos solucionar por nosotros mismos, tampoco podemos dejar de comprar; pagá y punto. No sé, por ahí es grave, pero últimamente ningún aumento de precios me hace estallar la vena.

- Esto todavía no lo logré, pero siguiendo con el super, hoy mientras esperaba en la caja tuve una clase magistral. Se trata de ser una madre.... cómo podríamos llamarlo... despreocupada? me importa todo un carajo? "los niños necesitan aire"? Calculo que todos las ubican aunque no sepa bien como es el nombre del género. Por empezar el niño en cuestión (tipo 3 años) iba tan de acá para allá que tardé unos buenos cinco minutos en identificar cuál era su progenitora. Hablando de esto, palo para mí, porque se ve que yo era la única simpática que le ponía cara de pocos amigos cuando intentaba treparse a mi carrito o abrir mis yogures. Entre tanto, volcó un poco de acondicionador al piso (el suyo, pero donde yo tenía que pisar después), revoleó las ojotas, una de las cuales casi me da en la cara (está bien que hace calor, pero a quién se le ocurre ponerle a un chico de tres años un calzado que se lo puede sacar tan facilmente). Pero bueno, es un chico. Qué hacía la madre mientras tanto? Charlar con dos conocidas. Así que me vengo a enterar que tiene otro hijo más, pero que "salir con los dos no puedo, no doy abasto corriendo atrás de los dos"... por lo visto hasta ahora no corrés mucho atrás de uno, bien podés dejar que corran los dos, total demasiado no te preocupa por lo visto. Y el broche de oro, cuando esta mujer se va, las otras dos conocidas se quedaron charlando entre ellas y una le comentó a la otra "yo no sé, el colegio donde los está mandando es taaaaaaan estricto".

Lo interesante de todo esto es MC. Estaba pasmada observando a éste niño. Yo no sé si le atraía como si estuviera viendo a "Daniel el Terrible" o a esta altura ya tendrá la capacidad de razonar para llegar a la obvia conclusión de "justo a mí me tenía que venir a tocar la única vieja rompebolas que hay en todo el super!"


Por supuesto, esta calma no es más que aparente. Como me dijeron una vez, "cartón pintado". Será el calor. Aprovechemos una de las pocas ventajas que tiene el calor y echemosle la culpa de todo lo malo que nos pase estos días.

Porque de todas maneras, la lista de las cosas que sí me preocupan es muchísimo más larga, diría que interminable.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Adelantando trabajo


No. Así de negativa empiezo. Ultimamente no soy de esas personas de "no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy" sino más bien del club de "patealo para adelante y por ahí mañana ya no hace falta que lo hagas".

La cuestión en este caso se trata del balance de fin de año. Y no un balance contable, porque no me dedico a eso, ni mucho menos lo hago con los gastos domésticos.

Y creo que hacer un balance personal a fin de año es inevitable, la única opción para, llegado el momento, no hacerlo creo que es no estar más o estar inconsciente, sí bueno, me puse un poco trágica; podría ser también que cambiemos de sistema calendario, ya cambiamos de hora, así que todo puede ser.

La cuestión, en definitiva, es que ya me cansé de 2008. En lo que a mí respecta, ya puede estar cerrado, sellado y lacrado, porque precisamente, fue bastante lacra.

Estoy escribiendo eso y ya me estoy arrepintiendo. Es que en el fondo, sé que tendría que agradecer que los míos están, y más o menos estamos todos bastante bien, bueno no sé si bien, pero al menos estamos enteritos, y particularmente lo que respecta a mi hija, más que bien, y por ahí con eso debería darme por satisfecha, y decir que fue un buen año.

Pero ya me cansé de conformarme, de mirarle el lado bueno a las cosas, y entre quedar como una desagradecida o una mentirosa, prefiero lo primero. Porque mentiría si dijera que me parece que este fue un año espectacular, ni bueno, ni más o menos.

Es más ni siquiera merece el calificativo de "malo" (que tiene más fuerza, es más poderoso, no sé, como más respetable); sólo fue... choto, lamentable o como quieran llamarlo.

A mitad de año escribí este post, donde no sabía para donde iba a definirse la cosa. Ahora ya lo sé, y bueno, mala suerte si no se dieron ninguna de las cosas que esperaba en ése momento, todas cosas buenas, por supuesto.

Por de pronto, yo ya tengo el balance hecho. De cualquier modo, si se llega a dar algo espectacular a partir de ahora sería lo de menos volverlo a hacer, hasta me comprometo a escribir un nuevo post, retractándome de éste.

Total en diciembre hay tanto para hacer que mejor sacarse estas cosas de encima. Mientras tanto, pienso cómo encarar 2009. Quien sepa un poco de contabilidad (con la del secundario alcanza) sabe que en definitiva, un año nuevo no es una hoja en blanco llena de posibilidades sin límites. Para algo está el balance del año anterior. No es que no se pueda revertir, pero cuando ya viene complicado es más difícil remontarla.

Como venía diciendo, no sé qué esperar de 2009. Ya no sé qué estrategia usar. Hasta hace tres años, siempre tenía la posición de "feliz año nuevo": las cuarenta y siete metas para el nuevo año, las doce pasas de uva (en esta parte del hemisferio deberíamos dejarnos de joder y hacerlo con uvas de verdad al menos) barrer para afuera y para adentro, colgar una llave del arbolito, etc, etc, etc... y no funcionó.

Cuando iba a empezar 2007 me propuse no proponerme nada, así no salía defraudada. Error. Entonces cuando empezaba 2008 me propuse metas inalcanzables. Pensé que por ahí lo que se le pide a un año es parecido a vender un auto: para obtener más o menos lo que uno quiere hay que arrancar pidiendo el doble. Tampoco funcionó.

Entonces ya no sé. Tendré que volver al "Feliz año nuevo"... o probar con el "Felisa me muero" (si no saben el chiste después lo cuento, es malísimo!).