lunes, 12 de marzo de 2012

45 Productos

Son los que separan el "tengo sueño"...


                                                                             ...  del "me voy a dormir"

Al menos un domingo a la noche (los lunes en el trabajo es día de presentaciones, clientes, etc).  De todos modos, una noche cualquiera podríamos bajar a los umo unos diez o quince productos, no más.
Me quedé tan anonadada de ver todo junto lo que uno usa antes de irse a dormir (tengan piedad con mis matemáticas, el número 45 es representativo, no es que no sepa contar... o al menos que no se note!)

Por partes:


Dar la cara


El resto de mi humanidad 
(la sculptage faltó a la foto de familia de más arriba)

Las garras

La botica

(me doy cuenta que me faltóel detalle de la peluca)

Lo único de todo esto que era un chiste
 No soy Marilyn (aún)


¡Con razón empiezo cansada la semana!

Y a ver si alguien se anima a hacer lo mismo en su propio blog....

jueves, 8 de marzo de 2012

Paralelismo

Mi papá tuvo la desgracia de perder a su propio padre siendo aún bastante joven. Por aquel entonces, como solía estilarse, quedó a cargo de su familia: madre, hermana, hermano adolescente y hermano púber.

Pocos años después los otros dos hermanos ya habían aprendido y tenían edad de manejar. A la hermana no le interesaba y la madre no sabía hacerlo. La solución en ése entonces fue vender el señor auto familiar y aportar alguna suma de dinero para obtener dos autos standard. Siempre me imaginé a los tres hermanos en esa democracia automovilistica y me resultaba muy simpático.

Transcurridos unos veinticinco o treinta años desde aquellas juveniles épocas mi papá se encontró con que tenía un auto, dos hijas jóvenes que ya sabían manejar, una esposa a la cual no le interesaba (a pesar de haber manejado muchísimo de soltera) y un perro que no sabía.

Para solucionar el problema, mi papá en su infinita sabiduría recurrió a la misma solución de aquella vez: dos autos para tres personas no era un mal promedio.

Claro que yo nunca había entendido muy bien que ése no era precisamente el criterio, sino éste otro: "un auto para mí, el otro para todos los demás"

Por lo menos esta vez no tuvo que vender su auto para eso, no estaba bien que para proveer a sus hijas de un auto tenga que desprenderse de su hijito varón de turno.


Años después, a mi pesar, me reconozco en los gestos de mi papá...  no sé si soy la única, pero me parece extraño que mis autos no tengan alma...  si saben tener cada personalidad!