sábado, 28 de junio de 2008

Bienvenida pereza

Es curiosa la forma en que descubrí este libro ("Buenos días, pereza" de Corinne Maier)
Hace dos semanas leí un artículo en el diario La Nación que me dejó sorprendida como pocas veces. Acto seguido, lo que cabía hacer era ir a conseguir el libro para confirmar que los periodistas no estaban equivocados.
Lamentablemente, el libro parece que no existe en este bendito país (se ve que hay que poblarlo sí o sí), pero sí conseguí éste de la misma autora. Para saber qué es lo que tiene en la cabeza da más o menos lo mismo un libro que otro.
Debe ser una racha que me persigue o algo, porque justo cuando quiero leer sobre hijos se me aparece algo de trabajo. Esta vez fuera de broma que no es mi culpa!
En este caso, se trata de un libro corto, casi que es un folleto largo. Perfectamente se puede leer en una tarde (dos si es que se lo empieza a las 2 AM como yo). Dice unas cuantas verdades, que en realidad la mayoría de nosotros ya sabemos, pero por amor propio o por no pensar que hemos malgastado la mejor parte de nuestros años en general, y la mejor parte del día a diario, preferimos ingorar. También exagera un poco en algunos puntos para hacerlo más atractivo. Lamentablemente se pierde una buena parte con la traducción, sobre todo el primer capítulo, pero tampoco es difícil buscar las equivalencias.
Evidentemente no nos va a solucionar la vida a ninguno, aunque nos gustaría mucho. Supongo que también todos envidiamos un poquito a la autora que logró salirse de todo esto sin resignar las ganancias. Lástima que no sirve que todos escribamos un "manifiesto comunista" contra nuestros empleos, porque terminaríamos todos perdiendo dinero. En realidad si llegara a estar en la situación de dejar mi empleo para dedicarme a algo que me guste más eso no sería el psicoanálisis. Por lo menos ahí resolví un poco la duda de cómo se pasaba sin escalas del interés por la economía a la disciplina nombrada más arriba.
De todos modos, este libro me cayó en un momento muy raro, cuando no sé si ponerle todo al trabajo o ponerme un cartel de "Out of Business". Lo peor es que tampoco lo decido yo. Como sea, sé que en el último caso, puedo agarrar este libro nuevamente y reirme de todos los que quedaron allí. Para eso debe ser muy bueno. En ése caso escribiré otra crítica más... "objetiva"?

3 comentarios:

Silvi dijo...

No te puedo imaginar a vos sin laburar, es algo imposible, no, definitivamente no.
Sorry!!!!!

Besotesssssss!!!!!!!

Marce dijo...

Teniendo como antecedente el artículo que salió en La Nación, me parece que esta mujer no está del todo en sus cabales, así que tomaría con pinzas todo lo que escribe :P

Esperemos que lo del laburo se resuelva pronto, ya sea por una cosa u otra

Besos!

Lola dijo...

Silvi, yo tampoco me imagino a mí misma sin trabajar, pero ultimamente está pesando un poco más mi amor propio que el miedo a deprimirme estando todo el día en casa. Qué opciones más alegres :S

Marce, el libro está simpático. El problema es que esta mina parece que se la agarra con todo el mundo. Y una cosa es agarrartelas con el trabajo y otra muy, muy distinta es filosofar de esta manera respecto de los hijos.
Del laburo, esta semana calculo que nos dirán finalmente cuándo son las entrevistas. Estoy que no sé si viajar o no, y de hacerlo cuándo! Grrrr!

Besos!